Título original: A woman who walks alone with no husband / Empowering Christian motivation.
Autor del mensaje: Predicador Bautista e Influencer Cristiano estadounidense, Billy Graham.
Traducción al español: Jovanna M. Ovando Ruiz
Fuente: Graham World (YouTube)
Introducción de la autora
Un espectacular, empoderador e inspirador mensaje para todas las mujeres que no están casadas o están solas por diversas circunstancias. Un mensaje de esperanza y empoderamiento para todas aquellas mujeres sin marido o familia. Además este mensaje puede aplicarse a hombres en la misma situación. Sentí la necesidad de compartirlo con todos ustedes.
Este gran mensaje de Billy Graham es muy importante, pues he leído/ encontrado en diversos sitios muchísimos mensajes / comentarios ofensivos, despectivos, denigrantes, vulgares, epítetos varios hacia mujeres solas que viven esta situación. Como si las mujeres solas no merecieran respeto. Por razones de inminente censura, no voy a transcribir textualmente esos mensajes negativos. Esos mensajes que quizás a algunas mujeres no le toman mayor importancia o los ignoran. Mientras que a otras, les afecta profundamente, entristeciéndolas, haciéndolas sentir deprimidas, despreciadas, desvalorizadas, denigradas, humilladas... Por eso, encontré este mensaje de aliento, fe y esperanza para todas las mujeres que no tienen pareja/ marido/ familia.
Discurso / Prédica:
"Ahí ella se mantiene fuerte, decidida, caminando hacia delante,
Ningún hombre a su lado, ninguna mano que la sostenga.
Y el mundo observa susurrando, cuestionando, juzgando,
¿Dónde está su esposo?
¿Por qué ella está sola?,
¿Qué hizo mal?
Pero déjame preguntarte esto:
¿Desde cuándo una mujer necesita un hombre para cumplir su destino?
¿Desde cuándo caminar sola significa que estaba rota?
El mundo puede medir a una mujer por la presencia de un esposo.
Pero Dios la mide por la presencia de propósito.
Y hoy quiero decir a cada mujer que camina este sendero sola:
No estás abandonada,
No eres olvidada,
No eres insuficiente,
En una sociedad que te dice que tu completud está en el matrimonio.
Déjame recordarte que tu completud está en Cristo.
Y si te quedas conmigo por unos momentos,
Te prometo que al final de este mensaje,
Verás que caminar sola podría ser el mejor viaje de tu vida.
Algunas mujeres caminan solas porque perdieron un esposo.
Algunas, nunca se casaron.
Algunas se alejaron por maltrato, rechazo o traición.
Y otras simplemente caminan en obediencia a un llamado mayor que cualquier relación terrenal.
La Biblia está llena de mujeres que caminaron solas.
Ester entró en un palacio sin un hombre que la proteja.
Rut caminó por los campos sin nadie suyo a quien llamar.
María llevó al Salvador del mundo en su útero, enfrentando la vergüenza de aquellos que no la entendieron.
Escúchame,
Cada una de esas mujeres caminaron solas por una temporada,
Pero nunca sin un propósito.
Hermana, si estás hoy caminando sola, no tengas miedo de los susurros del mundo.
Dios está escribiendo una historia en tu vida que no necesita validación humana.
Puedes sentirte invisible, mas Dios te ve.
Puedes sentirte no escuchada, mas Dios te escucha.
Puedes sentirte desvalorizada, mas Dios te llama Su amada.
Tu camino puede verse diferente.
Tu viaje puede no ser como esperabas, pero confía en que Dios nunca conduce a una mujer por un camino sin una razón.
Así que camina con valentía,
Camina sin miedo,
Camina con fe porque Aquel que camina a tu lado es mucho más grande que cualquier hombre que pudiera estar a tu lado.
Y cuando el mundo pregunte por qué ella camina sola.
Puedes responder confiadamente:
No camino sola, mi Dios camina conmigo. Amén.
Hay poder en caminar sola que pocos entienden.
El mundo a menudo ve la soledad como debilidad, como si una mujer sin esposo es de algún modo incompleta, esperando una pieza perdida para completarla.
Pero en verdad, la soledad es muchas veces, el lugar donde la fuerza se forja, se descubre la identidad y el propósito se revela.
Una mujer que camina sola no es una mujer para que le tengan lástima.
Es una mujer que se le da la oportunidad de permanecer firme en lo que realmente es, sin las distracciones de las expectativas sociales.
El mundo enseña que el compañerismo valida la existencia.
Que el amor debe venir en la forma de abrazo de alguna persona.
Que algo falta sin una pareja.
Pero la Historia y las Escrituras nos dicen lo contrario.
Algunas de las mujeres más fuertes que han pisado la Tierra, caminaron solas, no porque no fueran amadas, sino porque fueron apartadas para algo mucho mayor.
Una mujer sola es una que ha enfrentado batallas sin nadie que luche por ella.
Ella ha soportado noches de silencio,
en el cual ella tuvo que encontrar su propia voz,
Ella ha caminado a través de tormentas en el que nadie más sostuvo su paraguas.
Sin embargo, emergió no empapada de desesperación, sino bañada en resiliencia.
Hay algo sagrado sobre el viaje de una mujer que camina sola,
Es un viaje de reflexión profunda, de fe inquebrantable y descubrir una fuerza que no puede ser quebrantada.
Cuando ella está sola, aprende que sus oraciones tienen poder.
Que sus manos pueden construir,
Que su mente puede crear y su corazón puede amar incluso en la ausencia de validación romántica.
El mundo puede verla solitaria, pero de verdad nunca está sola, porque cada paso que toma, está acompañada por la presencia de Dios.
Sentirse sola y estar sola no son lo mismo.
Sentirse sola es tener dolor por algo que falta, pero estar sola es el reconocimiento de algo mucho mayor: Paz, propósito y guía Divina.
Muchas tienen miedo de caminar solas porque temen lo que pueden encontrar en el silencio.
Pero una mujer que abraza la soledad, no huye de sí misma.
Aprende a abrazar lo que ella es.
Aprende que su valor no la define un apellido que adquirió en el matrimonio, sino el nombre que se le dió por Aquel que la creó.
Caminar sola no es caminar en debilidad,
Es caminar en esa fuerza que no necesita validación externa.
Es dar el paso con fe y confiar que el camino por delante no es vacío, sino lleno de propósito Divino.
Es saber con inquebrantable confianza que nunca está sola porque ella camina con Quien la llama por su nombre desde que nació.
La sociedad empieza a moldear expectativas sobre su vida.
Se le dice que un día crecerá, se enamorará, se casará y construirá una familia. Se le enseña que su felicidad y éxito se mide por la presencia de un esposo. Por un anillo en su dedo. Por los títulos de madre y esposa. Si bien el matrimonio es una hermosa unión sagrada, no es el único camino de realización.
Ciertamente no es la única medida del valor de una mujer, aun cuando una mujer camina sola, cuando elige un camino que no encaja en el molde tradicional, el mundo empieza a cuestionarla.
Preguntan por qué todavía no se ha casado,
Suponen que debe ser infeliz, susurran que algo debe estar mal, pero nada está mal. De hecho, está muy bien.
Una mujer que camina sola es quien rechaza que la sociedad dicte su identidad,
Ella ha elegido escuchar la voz de Dios por sobre la voz del mundo.
Ella entiende que el matrimonio siendo hermoso, no es un requisito para cumplir un propósito y rechaza ser presionada a un rol que no se alinea con el tiempo de Dios para su vida.
No tiene miedo de romper el molde, porque sabe que su vida nunca estuvo destinada para encajar dentro de uno.
A través de la Historia, mujeres se han levantado más allá de las expectativas puestas en ellas.
Ester caminó hacia un palacio, no primeramente como esposa, sino como una mujer con valentía y propósito.
Rut pisó los campos, no como una novia, sino como una mujer decidida a seguir la guía de Dios.
María llevó el mayor regalo que el mundo hubo conocido, no por su estado civil, sino porque fue elegida.
Estas mujeres rompieron las normas sociales, porque comprendieron que el propósito Divino es mucho mayor que las expectativas culturales. Romper las normas sociales no es rebelarse contra el amor, familia o tradición. Es permanecer firme en la verdad que la vida de una mujer no se valida por la presencia de un hombre.
Es caminar valientemente en la dirección que llama Dios incluso si ese camino se viaja sola. Es negarse a las etiquetas que limitan y en lugar de ello, abrazar la identidad que Dios te ha dado.
El mundo puede cuestionar a una mujer que camina sola, pero el Cielo la conoce por su nombre y mientras la sociedad espera a que ella se establezca, está ocupada levantándose, construyendo, guiando y cumpliendo un propósito mucho más importante que cualquier tradición pueda definir.
Hay una batalla que cada mujer debe enfrentar en algún momento de su vida: La batalla entre la expectativa humana y el propósito Divino. Desde el momento que es madura para entender el mundo que la rodea, se le entrega un guión.
El mundo le dice que para realizarse, debe seguir un camino trazado: Encontrar un marido, construir un hogar y dedicar su vida a un rol que los demás han definido para ella.
Pero ¿qué pasa cuando el propósito de Dios para su vida no encaja con las líneas de ese guión?
¿Qué pasa cuando Él la llama para algo diferente, algo mucho más importante, algo que no encaja con las expectativas que los demás pusieron en ella?
Una mujer que camina sola, que no tiene esposo, se le mira a menudo con lástima. La gente supone que la dejó el tren. Que ha perdido su oportunidad. Que está incompleta. En verdad, ella camina por el sendero que Dios dispuso para ella.
Ella no está atrasada, no es insuficiente, no está olvidada.
Ella está exactamente donde debe estar.
Dios no mide a una mujer por los estándares del mundo. Él no la mira como la sociedad la ve.
Él no la define por el estado de su relación, sino por el llamado que ha puesto dentro de ella.
Hay mujeres que se casarán y encontrarán su propósito dentro de esa unión. Y hay mujeres que caminarán solas porque su propósito va mucho más allá de lo que un matrimonio puede contener. Ambas situaciones son válidas, ambas se eligen, ambas cumplen una tarea Divina.
La Biblia está llena de historias de mujeres que dejaron las expectativas humanas y fueron hacia un propósito Divino. Débora fue una jueza y guerrera en un tiempo cuando se esperaba que las mujeres permanecieran calladas.
María Magdalena fue una de las primeras mujeres en proclamar la Resurrección a pesar de un mundo que no valoró su voz. Estas mujeres no fueron definidas por el matrimonio, fueron definidas por su misión.
Se necesita valentía para caminar en el propósito de Dios cuando va en contra de lo que la gente espera.
Se necesita fe para confiar que estar sola no significa estar abandonada. Se necesita fuerza para abrazar un llamado que los demás no entienden.
Una mujer que camina en el propósito Divino no necesita la aprobación del mundo. Solamente necesita la confirmación de su Creador.
Las expectativas humanas cambian, el estándar social va cambiando, pero el propósito de Dios es Eterno. Y la mujer que se atreva a Seguirle sin importar dónde Él la guíe, ella estará exactamente donde debe estar.
Hay momentos en la vida cuando delante del camino está vacío, cuando no hay ninguna mano al cual sostenerse, no hay ninguna voz que te tranquilice, no hay ninguna presencia que camine a tu lado. Para muchas, este vacío es aterrador.
El mundo nos ha condicionado para creer que caminar sola es un signo de fracaso, que una mujer sin marido es incompleta, que la soledad es algo que hay que tenerle miedo, el caminar sola no es un signo de debilidad, sino de fuerza. No es un castigo, sino un llamado.
Se necesita valentía para caminar sola en un mundo que te dice que tu valor está ligado a una compañía.
Se necesita fe para permanecer firme cuando todos a tu alrededor, esperan que sigas las normas. Conformarse con tomar un camino más fácil, más aceptable, más cómodo, pero las mujeres más fuertes de la Historia no fueron aquellas que siguieron a la masa. Ellas fueron quienes se atrevieron a caminar solas.
Piensa en la mujer que deja una relación que ya no la honra, eligiendo la paz por sobre las ventajas.
Piensa en la mujer que sigue su llamado incluso cuando signifique andar un camino que nadie más entiende.
Piensa en la mujer que se niega a bajar sus estándares incluso cuando el mundo le diga que pide demasiado. Esas mujeres no son débiles, son guerreras.
Hay una razón del porqué el camino con propósito es frecuentemente solitario. Es porque Dios llama a sus más fuertes guerreras para andar en caminos que requieren fe, no comodidad.
Él no siempre provee compañeros para el camino porque a veces la lección está en la soledad. A veces, las más grandes revelaciones vienen en el silencio. A veces, la única manera de descubrir quién realmente eres es permanecer sola, libre de las expectativas y limitaciones que los demás han puesto sobre ti.
Caminar sola no se trata de aislamiento. Se trata de preparación. Es en esos momentos en el cual una mujer aprende a no apoyarse en la validación de los demás, sino en la voz de Dios.
Es en esta temporada en el que ella se da cuenta que su fuerza no se encuentra en quien camina a su lado, sino en Aquel que camina dentro de ella. El mundo puede llamarla solitaria, más ella sabe que realmente nunca está sola.
Ella camina con propósito, ella camina con poder y sobre todo, camina con valentía, en saber que ella está exactamente donde debe estar.
Hay una verdad profunda que muchas olvidan, sólo porque una mujer camina sola no significa que esté sola. En un mundo que iguala soledad con vacío. Es fácil creer que una mujer sin marido, le falta algo.
Que se le deja navegar en la vida sin apoyo, sin protección. Y si la mera ausencia que el mundo compadece es realmente el espacio donde Dios está mayormente presente?
Y si el camino que se ve solitario a los demás es realmente un camino andado en compañía Divina?
Dios nunca ha abandonado a aquellos que Él llama. A través de la Historia, Él ha guiado a su pueblo en la naturaleza, en valles, en territorios desconocidos. Siempre caminando al lado de ellos, siempre guiándolos, siempre abriendo un camino. Es verdad igualmente para una mujer que camina sola.
El mundo puede verla como desamparada, pero el Cielo la ve como elegida, donde otros suponen que le falta una mano que la sostenga, ella sabe que es sostenida de la mano más importante que la de cualquier humano.
Hay algo sagrado sobre una mujer que camina su sendero con Dios como su única Guía. Ella no se apresura hacia relaciones por dejar el miedo a estar sola, porque ella sabe que ya es amada más allá de toda medida.
Ella no busca validación del mundo, porque ella sabe que su identidad está segura en Cristo. Ella no se conforma con menos de lo que merece, porque entiende que Aquél que camina con ella, tiene reservadas cosas mayores.
Cuando la gente la mira, ellos no pueden entender cómo se comporta con tal paz, se preguntan por qué no parece desesperada, por qué no está amargada, por qué no está temerosa del futuro.
Si ellos pudieran ver más allá de la superficie, se darían cuenta que ella ha encontrado algo mucho más importante que una compañía efímera. Ella ha encontrado una sólida presencia, un amor que no falla.
Un guía que nunca la deja perdida.
Una mujer que camina con Dios, no necesita la aprobación del mundo. No necesita un estado de relación que la defina. No necesita probar su valor por encajar en las expectativas de los demás. Camina con confianza, porque sabe que cada paso que da es ordenado por el Señor. Y cuando el mundo pregunte quién camina con ella, puede responder sin duda: Mi Dios camina conmigo.
Frecuentemente el mundo mira a una mujer que camina sola y ve aislamiento, suponen que ella debe ser solitaria, que su vida es insuficiente, que de alguna manera está incompleta. Y si la cuestión que llaman aislamiento es realmente el nacimiento de su poder?
Y si caminar sola no es un signo de vacío, sino una temporada de transformación?
Hay mujeres que no eligieron este camino: Aquellas que perdieron a su marido, aquellas que fueron abandonadas, aquellas que nunca encontraron la relación que una vez soñaron y hay mujeres que eligieron este camino: aquellas que se alejaron de lo que no las honraba, aquellas que siguieron un llamado más importante que ellas mismas. Aquellas que rechazaron conformarse con menos de lo que merecían, sin importar cómo una mujer se encuentre a sí misma caminando sola.
Hay una verdad que queda. Ella no camina hacia la desesperanza, camina hacia el empoderamiento. El empoderamiento llega cuando una mujer se da cuenta que es completa por sí sola, ocurre cuando deja de esperar a alguien que la complete y empieza a abrazar la plenitud de quien realmente es.
El mundo puede intentar convencerla que le falta algo, pero en lo profundo, ella sabe que no le falta nada.
Ella es fuerte, ella es capaz, ella es elegida por un propósito que no requiere validación de nadie más.
Las más grandes transformaciones ocurren en soledad. Es en las temporadas tranquilas de la vida que ella descubre su resiliencia. Es en los momentos cuando nadie mira, que ella construye su fe. Es cuando camina sola que ella aprende a no apoyarse en la aprobación de los demás, sino en la voz de Dios. Ella no espera un hombre que le abra las puertas. Ella misma los atraviesa con valentía, con audacia, con la confianza de saber que ella está exactamente donde debe estar.
No hay nada débil sobre una mujer que camina sola, ella no se achica ante los desafíos, se levanta.
Ella no se revuelca en la autocompasión, ella prospera.
Ella no permite que los susurros del mundo la definan. Ella sólo escucha la voz de su Creador.
Lo que algunos llaman aislamiento, ella llama libertad.
Lo que algunos ven como soledad, ella lo ve como una oportunidad.
Lo que algunos ven como un vacío, ella sabe que es un espacio lleno de propósito Divino.
Ella no espera que la salven, no espera que la elijan, no espera por alguien que complete su historia. Lo escribe ella misma.
El mundo nunca puede entender a una mujer que camina sola.
La sociedad puede cuestionarla, compadecerla o incluso juzgarla, pero el mundo fracasa en ver, es que ella no está de verdad sola. Ella camina con propósito, con fuerza y con Dios a su lado en cada paso de su camino. Su soledad no es un signo de debilidad. Es la evidencia de su valentía. Ella no se define por la ausencia de un marido, sino por la presencia de su llamado.
Ella no necesita validación externa porque ya ha sido elegida, ya ha sido preparada, ya ha sido empoderada por Aquel que la creó.
Por cada mujer que alguna vez se ha sentido presionada por ajustarse a las normas, quienes les han hecho creer que es incompleta sin un hombre, esto es un recordatorio: No esperes a alguien que te complete, ya eres completa.
No eres olvidada, eres vista.
No eres insuficiente, eres más que suficiente.
Y si el camino por delante se ve vacío, no tengas miedo si el mundo te susurra que estás sola.
Recuerda siempre esta verdad: El que camina contigo es mayor que cualquier cosa que el mundo pueda ofrecer. Así que camina valientemente, camina sin temor, camina con fe porque el camino en el que andas no es de soledad. Es un viaje hacia un propósito, realización y destino Divino.
Y tú, mi hermana, estás exactamente donde debes estar. Amén."
Nunca te avergüences de tu soledad. Nunca pienses que no eres valiosa por estar sola. Honra tu soledad, honra tu vida.
Nunca vendas tu dignidad en la soledad.
Si nadie te eligió. Si te rechazaron, si se burlan de ti... No importa! Eres elegida y amada por Dios y Su Amor nunca decepciona ni falla. Su Presencia poderosa nunca abandona. Con Dios, nada falta.
Quien encuentra su satisfacción en Dios, más allá de cualquier compañía o sin compañía, lo entendió todo.
Lecturas obligatorias / Referencias:
Libro de Rut (Antiguo Testamento)
Libro de Ester (Antiguo Testamento.
Jueces 4: 4 -9 (Débora - Antiguo Testamento)
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