"Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra." 2 Crónicas 7:14
La enfermedad del Covid-19 ha causado estragos en el mundo entero. Con miles de víctimas y sufrimiento para quienes han perdido a sus seres queridos por esta pandemia. Sin desmerecer o deslegitimar la incansable labor de científicos, médicos, enfermeras, rescatistas, otros profesionales de la salud y quienes cooperan ayudando o cubriendo diferentes tipos de necesidades durante esta catástrofe, he convocado hoy para una gran cadena de oración mundial para pedir socorro divino y se acabe pronto esta asolación y también para pedir consuelo espiritual para quienes están sufriendo asimismo. Pues no solamente necesitamos ayuda humana, sino ayuda divina / espiritual también.
No importa tu credo o denominación religiosa. Solamente que creas en Dios y te unas a esta cadena de oración mundial. Dado los diferentes husos horarios en los países, no es necesario rezar simultáneamente. Reza a la hora que más te acomode y en un lugar donde puedas estar tranquilo, sin interrupciones. No es necesario ni obligatorio ir a una iglesia o templo (a menos que en tu país no esté restringido los cultos religiosos). Y si se juntan más personas o un grupo para rezar, es mucho mejor. No importa que muchos recemos en diferentes horarios, lo importante es rezar cada día para que se acabe esta pandemia, solicitar protección, sanidad para los enfermos y consuelo para quienes están sufriendo duelos.
Es importante que como humanidad nos unamos con un corazón sincero en plegarias hacia Dios. Porque esta enfermedad nos afecta a todos en lo psicológico, económico, social, físico, etc. Hago un humilde y enfático llamado para que nos unamos en oración a Dios. Mientras más seamos en esta oración intercesora u oración en cadena, pues mucho mejor.
Espero humildemente que te unas a este llamado e invites a tus familiares y amistades a orar, no para mí ni por mí; sino para todos, a lo largo y ancho del mundo.
Muchas gracias y ¡Dios te bendiga!