A propósito de la reciente navidad, y el posterior recibo de regalos para la mayoría en esta ocasión, voy a referirme al tema de los obsequios/ regalos. Una sorpresa que puede resultar agradable o desagradable para quien lo recibe.
Un regalo consta de varios factores: emisor, objeto o acto, ocasión o evento y destinatario. Todo esto resulta en un momento que puede ser inolvidable o detestable...
Siempre he pensado que se debe hacer un buen regalo con clase y tino. Con respecto a clase, no me refiero a objetos de alta gama o lujosos. Me refiero a algo que siendo económico, sea de calidad y práctico. No obsequiar una chuchería o algo cuma para cumplir. Eso sí es tener desatino y ser de mala índole. Para eso, es mejor no regalar nada!
Con lo anterior, hay regalos que decepcionan. Obvio que por respeto a la persona que lo envía, no se puede aventarlo por la cabeza, pero es desagradable en cierto modo sentir menosprecio personal por el regalo y de parte del/la emisor(a). Creen que por dar un regalo chanta / cuma, la persona receptora no merece un mínimo de dignidad! Y no es cuestión de carencia de medios económicos, en este caso.
También cabe destacar por lo mismo, las intenciones o sentimientos del emisor. Puede ser un regalo muy humilde, y dado con mucho cariño y aprecio, vale tanto como el oro.
No es necesario dar un regalo ultra caro o lujoso para impresionar (a menos que tenga los medios para hacerlo y sin quedar en bancarrota), mas un regalo práctico y de calidad siempre salva. Se debe tener en cuenta a quién (varón, mujer), qué (objeto o acción), evento (cumpleaños, navidad, onomástico, etc.) No es lo mismo regalar un objeto a una autoridad o persona importante (donde el regalo debe ser algo más de valor y estatus) que a un familiar, amigo o pololo(a). Claro que tampoco se debe abusar y rebajar demasiado el standard como dije anteriormente y comprar una baratija... Eso es una falta de respeto hacia el destinatario.
He recibido regalos maravillosos y también decepcionantes. Como se dice, que "a caballo regalado no se le miran los dientes", pero igual es triste sentir menosprecio implícito en un regalo. Y no es porque la persona no tenga los medios económicos para regalar algo mejor, sino la actitud de desatino y desprecio. Como dije, regalar algo bueno, no tiene que ser algo de lujo, carísimo pero sí conservando calidad, gusto y practicidad.
Lo que importa del regalo no es el envoltorio exterior, sino lo que contiene. Un regalo también puede ser simple, maravilloso y valioso sin envoltorio alguno, mas sumado a los sentimientos de amor y aprecio de quien lo da.
Por eso, seamos cautelosos cuando vayamos a obsequiar algo a alguien y también revisar nuestro presupuesto. Muchas veces los mejores regalos no son cosas materiales, sino momentos especiales, estar con la familia, tener salud, disfrutar, recibir amor, eventos que son invaluables.
Siempre da tu mejor regalo!