*Lectura obligada: Libro de Eclesiastés.* Versión Reina Valera 1960
El Libro de Eclesiastés, cuyos significados son "predicador", " "quien convoca a una asamblea".
Si bien no dice explícitamente quién lo escribió, solamente hace referencia a ser "hijo de David", "Rey en Jerusalén" y como el "Predicador", se puede confirmar que fue Salomón, pues fue el único hijo-entre varios descendientes-del Rey David, elegido como monarca por la voluntad de Dios.
Eclesiastés nos habla en sus versículos sobre el sentido y propósito de la vida, así como consejos y amonestaciones también. Nos habla a través de variadas situaciones que ocurren en la Tierra o "debajo del sol". Dice que "todo es vanidad". Y lo más importante que recalca, no son las riquezas materiales, sino la sabiduría y temor (respeto) a Dios y de obedecer sus Mandamientos. El rey Salomón enfatiza que aun en su riqueza, poder y opulencia, nunca desestima la Soberanía de Dios por sobre todas las cosas.
La gran diferencia que marca Salomón es que aún siendo rico y poderoso, no olvida a Dios ni subestima o desprecia su Existencia, como ocurre actualmente con mucha gente de elite que confían en su poder terrenal, su fortuna y no en Dios. Ignoran o desprecian a Dios.
Salomón nos enseña que todo es vano, sin Dios. Salomón nos enseña que vivir afanados y desesperados en asuntos mundanos toda nuestra vida, no sirve de nada.
Salomón nos enseña que cada cosa tiene su tiempo. Y que todo está controlado por Dios. Que el tiempo no es absolutamente nuestro, Dios hace su voluntad en los humanos, y nada ni nadie puede impedirlo.
Salomón nos muestra muchas situaciones e injusticias en la vida (tal como en la actualidad), y que todo lo que hagamos o no, seremos juzgados por Dios.
Salomón nos enseña que debemos acordarnos de Dios incluso en la juventud y asimismo, todo lo que hagamos, seremos juzgados. Sea bueno o malo.
Salomón recalca que la sabiduría es más valiosa que la riqueza. Conocer y obedecer a Dios es la mejor riqueza que existe y que ayuda a tener una vida mejor / bendecida.
Salomón nos aconseja y despierta nuestra conciencia ante la vida, la vida que se nos brinda por gracia y es limitada.
Salomón a través de diversos ejemplos, nos invita a reflexionar sobre el sentido de nuestra vida y poner a Dios como el dirigente de ella.