PUERTO MONTT

Puerto Montt,

Ciudad marítima

De nubiloso cielo

Con sus treiles volando

Para luego llegar

La milagrosa lluvia

Que todo lo transforma.

El aire gélido

Con ese aroma ahumado,

Por la estufa a leña

Donde se cocinan

El pan amasa'o

Como también los milcaos

Y el típico curanto

A la olla o en hoyo,

Cubierto con hojas de pangue

Hecho en Caleta Angelmó.

Las casas de tejuelas

Sobre los eminentes cerros,

Y en la Isla Tenglo

O por los frondosos bosques

Que cobijan al trauco,

Mientras en el ponto

Se lucen los palafitos.

El misterioso caleuche

Navega furtivamente

Entre los coloridos leños

De modestos pescadores.

Sentir la magia del sur,

En la tierra de mi nostalgia

Donde brotó mi vida...

Volver a pisar la hierba húmeda,

Ver el nubiloso cielo otra vez

Con sus treiles volando,

La lluvia mojándome...

Me clama el corazón

Volver a Puerto Montt.

CAMINANTES

Todos comenzamos

A recorrer un Camino

Un día...

Un Camino que es desierto,

Después un Camino de flores

Y prados;

A medida que caminamos,

Crecemos.

También hay un Camino

De pétalos,

Donde nos sentimos bien al caminar.

También debemos seguir

Un Camino de piedras,

Donde muchas veces tropezamos

Y nos duele caer

Pero debemos tener fuerza para levantarnos

Y seguir caminando,

Poniendo cuidado

En no volver a tropezar

Con las próximas piedras.

Hay un Camino de espinas

Donde nadie quisiera caminar,

Pero es el único Camino,

No hay otro...

Y seguir caminando

Por un Camino de pétalos,

Piedras y espinas,

Con sol y lluvia;

En el Camino

A veces hay luz

Y también tinieblas...

A veces nos cansamos de caminar,

Pero debemos tener fuerza para seguir...

Seguimos caminando

Y el final del Camino

Es de tierra,

Y ahí descansaremos definitivamente.

El gran enigma es

No saber cuándo acabaremos de caminar.

Estamos de paso por el Camino.

Sólo somos simples Caminantes.

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