"¡Gracias, gracias a Dios por un año más de vida...!" Al cumplir hoy 35 años, empiezo a dar más importancia sobre estar agradecida. Casi en la mitad de la Vida, me doy cuenta que cada día que uno despierta, es una bendición y un milagro.
Siempre se nos enseña desde pequeños, la importancia de decir "Gracias", además de "Por favor" y "Permiso." Decir gracias, no basta decirlo solamente cuando nos obsequian algún regalo, nos pasan algún objeto que no está a nuestro alcance, o cuando alguien tiene un gesto amable hacia nosotros de ayudarnos en algo. Va más allá de eso. Decir gracias es estar agradecido por las bendiciones diarias que tenemos y que muchas veces no tomamos en cuenta: una casa donde vivir, alimentación, vestuario, etc. También porque nos despertamos cada mañana con salud. Hay una frase en inglés que había encontrado en Internet que dice algo así: "Hoy, alguien dio su último aliento. Cuando te despiertes en la mañana, agradece que estás vivo(a)." Esa frase me marcó profundamente. Pues despertarnos y vivir lo damos por sentado. Y lo pasamos como algo que debe suceder sí o sí. Todos sabemos la fragilidad de la Vida, que se puede acabar en cualquier instante. Por eso, debemos manifestar gratitud por estar con vida y salud. Agradecer a Dios por esta bendición, porque Él nos hace mantener vivos.
Agradecer por disfrutar de las cosas simples, agradecer porque tenemos los cinco sentidos saludables. Agradecer aunque tenga un sólo pedazo de pan en la mesa. Agradecer aunque tenga sólo $10 pesos en el bolsillo. Porque, ¿cómo esperamos recibir más o tener abundancia si no somos agradecidos con lo que ya tenemos, si no estamos satisfechos?
Cada día es un desafío, una misión, una bendición y una lección: Un desafío porque siempre tenemos retos que afrontar, una misión porque tenemos deberes que cumplir con nosotros mismos y con nuestros semejantes también. Una bendición porque vivir es un regalo gratuito que nos concede la Divinidad y una lección, porque aprendemos cosas nuevas de nuestras buenas y malas experiencias. El agradecimiento debe ser una práctica diaria.
En la Biblia hay mensajes sobre la gratitud. También hay un libro de Rhonda Byrne, que se llama "Magia". Ese libro también recalca la importancia de la gratitud y describe prácticas para desarrollarla.
La gratitud es importante. No solamente en los momentos favorables, sino también en los malos. Es obvio que nadie va a sentirse feliz viviendo una tragedia, un drama. Y menos ser agradecidos en esos momentos amargos. Sin embargo, los malos momentos nos ayudan a madurar, a ser resilientes, a ser fuertes, a experimentar lecciones, a ser sensibles, a ver el otro lado de la Vida... No es fácil, pero debemos agradecer también.
Todos tenemos que agradecer por algo. Debe ser nuestra práctica diaria, un ritual sagrado. Agradecer desde lo más simple hasta lo más complejo con todo el corazón.
Agradezco a todos mis estimados lectores alrededor del mundo quienes siguen mis mensajes. ¡Muchas gracias a todos ustedes que hacen posible la existencia de este humilde blog!
¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!
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