El verdadero significado de la Navidad

  
  Es una pena ver cómo en la actualidad, la Navidad se ha convertido en una fiebre mercantil y consumista: Quien compra más regalos y los más caros. La gente desesperada comprando en las tiendas, como si se fuera a acabar el mundo. Sin contar con la ficción del Viejito Pascuero, que aparece como el personaje principal de la Navidad, el árbol navideño, el Polo Norte, los renos...

   La Navidad o Natividad significa celebrar y conmemorar el nacimiento de nuestro Redentor, Jesucristo: Dios Eterno que se hizo hombre, se hizo humano para salvar al mundo de la muerte eterna.
¿Han oído antes de un Dios que se encarnara para estar con los humanos y demostrarles su amor?

   Jesucristo, que siempre ha existido desde tiempos eternos, decidió encarnarse. Vivir como un humano cualquiera. No escogió una familia popular o rica. No escogió nacer en un palacio, castillo o mansión. No escogió unos padres cultos o doctos. Él eligió nacer en un pesebre. ¡Sí! Jesús quien creó a los humanos, es el dueño de las riquezas y del universo entero, decidió elegir encarnar de la manera más humilde. Eligió unos padres terrenales como José -quien fue carpintero- y María- una mujer virgen- la cual fue elegida para concebir a Cristo, cuya concepción le fue anunciada por el Árcangel Gabriel. ¡Qué gran lección de humildad para todos nosotros!

   Jesús bajó del Cielo y su perfección para vivir en un mundo caído por el pecado. Con sus dolores, miserias e injusticias (como en la actualidad y desde siempre). Jesús vino a la Tierra para vivir como humano, más con poder divino para ayudar a los desvalidos. Jesús vivió sin cometer pecado y para cumplir una misión: salvar a la humanidad de la muerte eterna, y pagar por los pecados de todas las generaciones. Y para eso, sabía de antemano lo que tendría que sufrir: la muerte en la cruz. Porque todos merecíamos morir sin esperanza. Una muerte eterna. Más Jesús vino para volver a darnos vida y esperanza en Él.

   Jesús vino a convivir con los humanos que Él creó. ¿Todavía hay duda del amor de Dios por el mundo? Vino a cumplir la Ley (Los 10 Mandamientos), vino a demostrar amor por los pecadores, dar sanación a los enfermos, hacer milagros para la gente, enseñar las normas del amor para con nuestro prójimo... ¿Qué otro Dios ha hecho eso? ¡Ninguno!

   Los mejores regalos que les podemos dar a Cristo y a los demás, son cosas que no tienen precio. Por ejemplo, darles palabras de aliento a quienes están enfermos, visitar a quienes  están abandonados o tristes, dar un regalo a quien nunca ha recibido nada, dar un pedazo de pan o un plato de comida a quien no tiene qué comer... Hacer feliz a alguien y ser amable no cuesta nada. Jesús quiere eso. Que ayudemos a quien lo necesite. Es el mejor regalo que le podemos dar.

    Recordemos lo que significa realmente la Navidad . No emplear la ficción y fantasía del Viejito Pascuero, los renos y el árbol de navidad. La Navidad es la conmemoración del Nacimiento de Cristo.

     Que esta jornada sea de reflexión y recogimiento. Solamente recordemos el verdadero sentido, significado de la Navidad.

      ¡Feliz Navidad para todos!
     

    

   

  

 

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